Cuphead

Cuphead combina niveles de saltos y disparos con batallas contra jefes, y el diseño y el control es siempre excelente. Es increíble que un equipo sin experiencia real desarrollando títulos clásicos haya conseguido estos resultados. Sí, los niveles son difíciles, pero nunca son injustos. Siempre hay una pequeña indicación de cuál va a ser el siguiente ataque y tenemos que aprender a leerlas.

Los jefes, además, siempre tienen diferentes subrutinas, por lo que, incluso cuando inevitablemente reiniciemos el nivel, los combates nunca van a ser cien por cien idénticos. Simplemente, no os podemos decir nada malo del diseño del juego. Hay algunas cosas que pueden gustar más o menos, pero a nivel de jugabilidad es excelente.

También hay un pequeño componente de estrategia, ya que según el rival será mejor que nos equipemos uno u otro tipo de disparo, una u otra habilidad, y uno u otro especial. Éstos se desbloquean avanzando, completando niveles y consiguiendo monedas para comprarlos, y nos anima a probar diferentes combinaciones cuando nos quedamos atascados.

Si, además, queremos completar cada nivel como el diablo manda, tendremos que ser muy hábiles. Al final de cada fase tenemos una valoración que nos indicará cómo lo hemos hecho. Si queremos alcanzar la excelencia tendremos que evitar que nos golpeen, realizar varios parries y acabar el nivel lo más rápido posible, entre otras cosas. Y, aparte, podremos desbloquear un modo difícil. El fácil -no lo recomendamos- viene desbloqueado por defecto y no te desbloquea nada nuevo.